viernes, 30 de marzo de 2007

Miedo


Mil veces he intentado
decirte que te quiero,
mas la ardorosa confesión, mi vida,
se ha vuelto de los labios a mi pecho
¿Por qué, niña? Lo ignoro,
¿Por qué? Yo no lo entiendo,
Son blandas tu sonrisa y tu mirada,
dulce es tu voz, y al escucharla tiemblo.
Ni al verte estoy tranquilo,
ni al hablarte sereno,
Busco frases de amor y no las hallo.
No sé si he de ofenderte y tengo miedo,.
Callando, pues, me vivo
y amándote en silencio,
sin que jamás en tus dormidos ojos
sorprenda de pasión algún destello.
Dime si me comprendes,
si amarte no merezco.
Di si una imagen en el alma llevas...
Mas no... no me lo digas...¡tengo miedo!
Pero si el labio calla,
con frases de los cielos
deja, mi vida, que tus ojos digan
a mis húmedos ojos... ya os entiendo,
deja escapar el alma
los rítmicos acentos
de esa vaga armonía, cuyas notas
tiene tan sólo el corazón por eco.
Deja al que va cruzando
por áspero sendero,
que si no halla la luz en la ventana,
tenga la luz de la esperanza al menos.
Callemos en buena hora
pues que al hablarte tiemblo,
mas deja que las almas, uno a uno,
se cuenten con los ojos sus secretos...
Dejemos que se digan
en ráfagas de fuego
confidencias que escuche el infinito
frases mudas de encanto y de misterio.
Dejemos, si lo quieren,
que sientes lo que siento,
beso puro que engendren las miradas
y que tan bello porvenir es nuestro.
Dime así que me entiendes,
que estallen en un beso,
que es el porvenir de luz y flores
y suba sin rumor hasta los cielos.
Di que verme a tus plantas
es de tu vida el sueño,
dime así cuanto quieras....cuanto quieras.
De que me hables así... no tengo miedo.

Manuel Caballero

lunes, 26 de marzo de 2007

Cultivo una rosa blanca


Cultivo una rosa blanca,
en julio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo:
cultivo una rosa blanca.

José Martí

domingo, 18 de marzo de 2007

Tu no sabes amar


Tú no sabes amar. ¿Acaso intentas
Darme calor con tu mirada triste?
El amor nada vale sin tormentas,
Sin tempestades el amor no existe.

¿Y con esa frialdad dices que me amas?
No, no es amor lo que hacia mí te mueve
El amor es un sol hecho de llamas
Y en los soles jamás cuaja la nieve.

El amor es un volcán, es un rayo, es lumbre,
Y debe ser devorador, inmenso;
Debe ser huracán, debe ser cumbre,
Debe alzarse hasta Dios como el incienso.

Pero tú, Juzgar que el amor es frío,
Que ha de vivir en corazones yertos;
Con tu anémico amor, anda, bien mío,
Anda al osario a enamorar a los muertos.

Julio Flores